Las personas que tienen psoriasis saben perfectamente de qué se trata, pero para otras personas es un tema desconocido o del que casi no saben nada. Esta falta de información afecta a las personas que tienen psoriasis, ya que existen una serie de falsos mitos que dificultan sus relaciones sociales.
En este sentido, debemos prestar especial atención a los niños. La psoriasis es una enfermedad con la que pueden convivir pero se puede convertir en una importante dificultad para que el pequeño desarrolle su capacidad emocional plenamente. Por este motivo, vamos a intentar arrojar un poco de luz en este asunto, porque si es debidamente tratada, no tiene por qué suponer mayores problemas que los que la enfermedad implica en sí.
La psoriasis no es contagiosa
Para que no haya ninguna duda, comenzamos con esta rotunda afirmación: la psoriasis no es contagiosa y tampoco deja ninguna marca una vez que desaparecen sus signos. Es una enfermedad inflamatoria mediada inmunológicamente que afecta a un 2% de la población, principalmente en la piel, aunque también puede afectar a otras partes del cuerpo.
Por una parte, su origen es genético por su componente hereditario y, por otra, también influyen los factores ambientales, haciendo que se manifieste en mayor o menor medida en unas personas u otras. Puede aparecer a cualquier edad, pero suele ser más habitual en adultos jóvenes, aunque, por supuesto, hay casos de psoriasis infantil como el de Roberto, que se le manifestó a los cinco años y desde entonces convive con ella.
Esta alteración cutánea es crónica, pero esto no significa que su actividad sea continua, sino al contrario, tiene brotes de mayor o menor intensidad, es decir, va y viene: no es constante. Así que, con el tratamiento adecuado se puede llevar una buena calidad de vida, eso sí, hay que ser constante y no caer en el desánimo para que el tratamiento, sea el que sea, haga su trabajo.
El factor emocional
Como hemos dicho, el factor genético unido a factores ambientales, pueden hacer que se manifiesten signos y síntomas de la psoriasis. El estrés, las emociones o disgustos pueden hacer que aparezca un brote. También es verdad que tiene un componente caprichoso, es decir, puede aparecer cuando menos te lo esperas y sin que nadie pueda predecirlo, pero hay evidencias de que existe una relación entre la salud emocional y los brotes de psoriasis en algunos pacientes.
En el caso de los niños hay que tener en cuenta que puede afectarle a sus relaciones con otros niños. El hecho de que vean que son diferentes al resto puede afectarles personalmente, volverles más retraídos, tímidos y, en definitiva, coartar su libertad para desarrollar su personalidad. La psoriasis es tratable y no tiene por qué provocar esto en un niño, al menor signo de psoriasis es muy importante acudir al médico y que nos deriven al especialista para que trate esta alteración cutánea desde las primeras manifestaciones del trastorno.