La psoriasis es una enfermedad crónica que afecta a la piel y que ni es contagiosa, ni se debe a ningún virus o bacteria.
Se trata de una enfermedad que tiene multitud de tratamientos, en función del tipo que sea y de los síntomas que presente la persona. Precisamente gracias a estos tratamientos y a la actitud que tenga la persona respecto a la enfermedad, la persona que la padece puede hacer una vida normal. Por ello, si tenemos esta enfermedad o conocemos a alguien que la padece, debemos tener en cuenta algunos consejos para poder afrontarla de la manera más positiva posible.
El impacto que provoca en su estado emocional
Antes de saber cómo afrontar la psoriasis, es importante conocer los síntomas a los que nos podemos enfrentar en nuestra vida cotidiana. En ocasiones, el picor y el dolor pueden interferir con actividades tan sencillas como caminar o dormir. Sin embargo, no todo está perdido, ya que con los tratamientos que hay hoy en día, veremos cómo los síntomas disminuyen. También debemos tener presente que tendremos períodos mejores y períodos peores en lo que se refiere a la aparición de los efectos de la enfermedad, por lo que si estamos preparados, la psoriasis se hará más llevadera.
Tener una buena autoestima ayuda
Uno de los problemas que pueden sufrir las personas que tienen psoriasis es contar con una baja autoestima y es precisamente este factor uno de los que puede empeorar la enfermedad. Por ello, hay que tener siempre presente que la psoriasis no es el fin del mundo y que, por muy visible que sea, existen tratamientos que pueden reducir sus síntomas. Aunque al principio sea difícil recibir la noticia de la enfermedad, poco a poco nos daremos cuenta de que podemos desarrollar nuestro día a día de una manera mucho más sencilla de lo que pensábamos, especialmente si acudimos a un dermatólogo para que nos guíe en el tratamiento de la psoriasis.
Por ello, es recomendable que si vosotros mismos o una persona de vuestro alrededor tiene psoriasis, mantenga la autoestima bien alta. Mentalizarse de ello es el mejor remedio para hacerle frente. Además, los distintos tratamientos también pueden ayudar a mejorar la salud emocional, ya que al ver que los síntomas remiten, nos sentiremos mucho mejor por fuera y por dentro.