5 razones por las que los niños no deben usar la tecnología

5 razones por las que los niños no deben usar la tecnología

 

En la actualidad, muchos niños manejan los dispositivos electrónicos (tablets, teléfonos, ordenadores, etc.) como si hubiesen nacido con el manual de instrucciones memorizado. La necesidad que tenemos los adultos hoy en día de esta tecnología hace que los niños entren en contacto con ella desde muy temprano y, por ello, con 5 y 6 años son capaces de utilizar un smartphone mejor que nosotros.

Aunque esto es así, no es recomendable dejar a un niño que esté todo el día con un teléfono u otro aparato tecnológico. Muchas son las consecuencias negativas que esto tiene, y aquí te vamos a enseñar algunas:

1. Sedentarismo. El uso de aparatos tecnológicos implica poca movilidad, por lo que los niños se acostumbran a no moverse ni hacer ejercicio. De esto pued derivar también un problema de obesidad.

2. Crecimiento del cerebro. Desde el nacimiento a los 2 años, el cerebro del niño triplica us tamaño. Este crecimiento sigue así hasta los 21 años. Se ha demostrado que los niños que tiene un mayor contacto permanente con estos dispositivos sufren mayor riesgo de problemas de atención, retrasos cognitivos, menor capacidad de autocontrol y mayor impulsividad.

3. Afecta al sueño. La obsesión que llegan a desarrollar los niños hace que también durante la noche, en su cuarto, utilicen algún aparato tecnológico, sobre todo los móviles, lo que afecta claramente a su sueño. Una supervisión precisa a la hora de dormir evitará este tipo de comportamientos.

4. Alteración del comportamiento. Muchos juegos presentan violencia, malos hábitos y comportamientos desagradables que acaban «introduciéndose» en los niños. La violencia es una de las consecuencias más notables cuando se utilizan videojuegos con una edad de recomendación superior a la del niño.

5. Rechazo de aprendizaje. Aunque muchas escuelas ya utilizan la tecnología como medio para enseñar, es imprescindible enseñarles también a utilizar métodos en los que esta no tenga cabida. Como cuando eramos pequeños y nos hacían sumar sin calculadora, por ejemplo.